En Gibraltar, “estamos perdiendo una frontera, hay motivos para estar contentos”
El territorio británico, situado en el extremo sur de la Península Ibérica, finalmente ha superado el estancamiento del Brexit con el anuncio a mediados de junio de un acuerdo sellado entre Londres, Madrid y Bruselas. A los residentes locales les cuesta creerlo. Mantienen la cautela, a la espera de los detalles del aún elusivo texto.
Bueno, si lo dice un periodista, estoy dispuesta a creerlo, pero no contaba con ello. Elisa Moya, trabajadora transfronteriza en Gibraltar, es tan escéptica sobre el acuerdo entre el Reino Unido y España que todavía le cuesta creerlo. La empleada de 52 años se enteró de la noticia al salir del hotel donde lleva trabajando apenas un mes.
Acaba de cruzar la frontera que el apretón de manos [del 11 de junio] supuestamente hará desaparecer [al incorporar Gibraltar al espacio Schengen a costa de los controles españoles en el aeropuerto del territorio británico de ultramar]. Le gusta la idea, pero quiere saber más, sobre todo sobre «qué pasará con las pensiones de los trabajadores transfronterizos en España» . «No pienso dedicarme a esto toda la vida, así que si el acuerdo garantiza las pensiones, lo veré de otra manera», dice la española, antes de perderse en la avenida que conecta el paso fronterizo con [la localidad española de] La Línea de la Concepción .
El acuerdo Llega tres años y ocho meses después del inicio de las negociaciones que supuestamente liberarían a Gibraltar, junto con la región española que lo rodea, del impasse al que el Brexit los había sumido en 2016. Y como suele ocurrir cuando se toma una decisión tras interminables negociaciones, hay un optimismo extraño, cauteloso, casi frío, en el territorio. «Un optimismo relativo», como lo define el alcalde de La Línea, Juan Franco [del partido localista La Línea 100x100].
“Hasta ahora, solo he visto un comunicado de prensa, nada más. Estamos esperando una reunión con el ministro”, declaró el cargo electo en una entrevista con El País, antes de una rueda de prensa. “Estábamos al borde del desastre. […] Era una cuestión de vida o muerte”, declaró el alcalde, quien fue convocado [el 13 de junio] a una reunión con José Manuel Albares, “el quinto ministro de Asuntos Exteriores”.
Courrier International